Namur dispone de muchos puntos de interés turísticos, no solo en calidad de monumentos y edificios importantes, sino también por las denominadas "fiestas de Valonia", donde cada año, en septiembre, justo al finalizar el verano, la ciudad se llena de casetas, juegos, puestos de cerveza y del tradicional "péquet" (una especie de aguardiente de frutas).
Pero nosotros siempre damos una vuelta de tuerca a estas cosas, y en estos viajes siempre intentamos mostrar lo oculto, lo olvidado, y en este caso, lo decrépito, ya que esta ciudad esconde un tesoro en sus profundidades.
A finales del siglo XIX muchas ciudades europeas se encontraron con un problema de espacio en sus cementerios.
En algunas, cuando el cementerio ya no podía extenderse más, construían otros nuevos en lugares distintos, en otras, tomando como modelos las criptas de los cementerios españoles y portugueses, decidieron ampliar los cementerios ya existentes hacia abajo, creando criptas gigantescas y laberínticas que en algunos casos llegaban a superar su espacio exterior.
El tiempo ha demostrado que éste sistema, que en el sur de Europa ha funcionado bien, en el norte ha sido un completo desastre.
En 1885, la ciudad de Namur recrea en su cementerio una copia exacta, aunque de menor tamaño, a la cripta de Laeken. Otras zonas y características de la cripta fueron copiadas también en los cementerios de Molenbeek y Boitsfort.
A la cripta se accede a través de una pequeña capilla situada al final de un camino, una vez dentro, tras bajar unas escaleras, llegamos a una enorme "T" subterranea que discurre bajo las calles del cementerio, en cuyo suelo se observan claraboyas que iluminan dichas galerías.
Bajamos las escaleras y nos encontramos en mitad de esta "T".
Una de sus ramificaciones se halla vacía, no se llegó a enterrar a nadie en esa zona, de esta manera, sus paredes siguen vírgenes.
El otro palo corto, justo a continuación de éste, es el que menos atractivo tiene (luego lo compararemos con el "largo").
Se halla en muy mal estado como se puede ver en las fotos.
Hemos hablado antes del hecho de que este tipo de construcciones se hizo basándose en criptas portuguesas y españolas. Lo que los técnicos no tuvieron en cuenta fueron las diferencias de humedad del subsuelo y las enormes diferencias ambientales entre estos territorios.
Con lo cual, las filtraciones constantes de agua han provocado daños irreparables en estas galerías, haciéndolas insalubres, y obligando a las autoridades a cerrarlas.
La cripta de Namur, en concreto, permanece en estado total de abandono desde el principio de los años 80 y presenta un aspecto digno de la mejor película de terror.
Visitamos el palo largo de la "T", donde la podredumbre se mezcla con el musgo y el moho. Las relucientes y blancas lápidas (algunas contienen cadáveres que fueron enterrados en 1890) ahora son oscuras, sin brillo...
El moho se mezcla con las rosas, o lo que queda de ellas. Muchas de ellas antaño adornaban lápidas, hoy solo son nidos de arañas.
Seres queridos, esposos, padres, abuelos, amigos...allí dentro el tiempo hace mucho que está detenido para ellos, pero también para los visitantes como nosotros, abducidos totalmente por lo que estábamos viendo.
El olor a humedad, a viejo...la oscuridad, la penumbra...detuvo nuestros relojes.
Queremos dar las gracias al ayuntamiento de Namur por el permiso que nos concedieron para visitar la cripta, TREMENDA la cara que se les quedó cuando lo pedimos, por cierto...
Este lugar se visitó con permiso ya que se encuentra cerrado bajo llave y es imposible colarse.
Visitado con Marc, Javi, Lucía y Daphnee.(Que difícil fue hacer fotos sin que salierais en ninguna, leñe! :) )